viernes, enero 05, 2007

Una vida hemos vivido

Quizás esto no os parezca más que una exageración, pero no hay casi ningún paso / movimiento / pensamiento / risa / expresión / broma / viaje / baile (etc...) en esta vida que yo lleve a buen término y que no tenga que ver con vosotros, con lo que habéis supuesto en mi camino, la influencia que habéis tenido en todos estos años que llevamos creciendo.
No tengo palabras para expresar el enorme amor que siento por todos y cada uno de vosotros, no ya sólo de forma individual y en la medida en que todos me habéis aportado alguna cosa decisiva a lo largo de estos años, sino como grupo, o mejor dicho -no me gusta la palabra- como una especie de red de personas que formáis y lleváis asociado un conjunto de ideas, sensaciones y sentimientos que no pueden ser desligados unos de otros.
Si pudiera definirlo, lo haría, pero quizás sea más fácil de explicar a partir de unos cuantos trazos esbozados así malamente: los festivales humor negro y desalmado, los bailes desaforados en corro y con los bolsos en el centro, las borderías, el calimocho (negro y pocho), los viajes, el ansia por divertirse... Si ayer al final me puse a llorar como una idiota fue por algo...
Es sobre esa "red" sobre la que me gustaría hablar antes de marcharme mañana. Porque ahora mismo no me saldría tan bien escribiros a cada uno de vosotros y agradeceros de forma personal los momentos que me brindasteis ayer por la noche como hacerlo sobre lo que me hace sentir la certeza de contar con gente como vosotros, que me conoce y me quiere con todos mis defectos, incluida la desconfianza ante una sospecha de hurto del pobre hombre que sólo trataba de hacer otra fotografía desde un ángulo distinto.
En fin, creo que no me estoy haciendo entender. Sólo quería decir GRACIAS otra vez por ser vosotros, por portaros así conmigo tantas veces, por hacerme sentir que nos queremos, que nos seguimos queriendo aunque nos veamos menos que antes. Y lo que es mucho más importante y que alguien comentaba en su dedicatoria del cuaderno: que pase el tiempo que pase y las despedidas sé que hay gente que siempre va a recibirme y a la que yo voy a recibir con los brazos abiertos, con una sonrisa de oreja a oreja, como si sólo hubiera pasado una semana y ya fuese viernes a las 22.00 en la salida del metro de Tribunal.
Estoy orgullosa de tener amigos así de geniales, pero aún más orgullosa estoy de que me dejéis ser vuestra amiga y de poder seguir disfrutando de momentos inolvidables, que van sumándose a una larga lista de momentos, guardados en una colección que va moldeando la idea de algo que debe de ser muy parecido a la felicidad.
|